Desmontando bulos (V): de un partido mortal y una princesa bigotuda

Continuamos con un nuevo capítulo en nuestro afán de desmentir algunos bulos históricos que circulan por internet y las redes sociales. Tal y como hicimos antes en esta serie de artículos, hoy nos proponemos contar la verdad sobre dos de los más conocidos y virales: el del “Partido de la Muerte” en Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial, y el de la princesa iraní bigotuda que tenía más de cien pretendientes. Sabemos que erradicar estos y otros mitos históricos es harto complicado, pero no podemos dejar de aportar nuestro pequeño grano de arena para que la verdad histórica brille en todo su esplendor.


El “Partido de la Muerte” de Ucrania

La leyenda cuenta que el 9 de agosto de 1942 se disputó en el Estadio Zenit de Kiev un partido entre un equipo formado por jugadores alemanes pertenecientes a la Fuerza Aérea (Luftwaffe) y un equipo ucraniano. A pesar de que habían sido advertidos de que debían dejarse ganar o atenerse a las consecuencias, y pese al hecho de que el árbitro (un oficial de las SS) permitió el juego violento de los alemanes, los jugadores locales ganaron el partido por 5 a 3. Pocos días después, en represalia por la humillación recibida, la Gestapo arrestó a los componentes del equipo ucraniano. Algunos fueron fusilados y otros fueron internados en campos de concentración.

Imagen de los prolegómenos
La historia se sazona con unos cuantos detalles curiosos. Así, por ejemplo, se narra que los jugadores ucranianos se negaron a realizar el saludo nazi en los prolegómenos del encuentro (a pesar de que el árbitro se lo había “pedido amablemente” antes del partido), que el primer gol alemán se produjo con el portero contrario conmocionado en el suelo por una patada en la cabeza de un jugador germano, o que el árbitro dio por finalizado el partido antes de tiempo para evitar una humillación mayor. La historia es tan atractiva que ha inspirado varios libros y películas (entre ellas la conocida “Evasión o victoria”, dirigida por John Huston y protagonizada, entre otros, por Pelé). Atractiva, sí, pero en gran parte esta historia es falsa; o al menos exagerada.

Pelé en "Evasión o victoria"
Empecemos por el principio. En la década de 1930 el fútbol se había convertido en un deporte muy popular en la URSS. Particularmente en Ucrania existían dos equipos punteros, el Dynamo de Kiev (que formaba parte de la sociedad deportiva del ejército y la policía soviéticos) y su vecino el Lokomotiv. Los campeonatos se jugaron con normalidad hasta que la invasión alemana a la URSS (conocida como “Operación Barbarroja”) provocó que la liga de 1941 no pudiese acabar. Kiev cayó en poder alemán el 26 de septiembre de ese año, y sus habitantes (jugadores de fútbol incluidos) se prepararon para sobrevivir bajo la ocupación nazi.

Cartel del partido
Uno de estos jugadores (concretamente el portero del Dynamo Mykola Trusevych), encontró trabajo como barrendero en una panadería cuyo dueño era un gran aficionado al fútbol y a su equipo. Iosif Kordik (que así se llamaba el dueño) propuso a Trusevych formar un equipo de fútbol. Trusevych empezó a buscar a sus antiguos compañeros, y en las semanas que siguieron logró encontrar a 7 de ellos. Estos 8 jugadores, a los que se añadieron otros 3 del Lokomotiv, formaron el FC Start. Gracias a la buena sintonía del dueño de la panadería con las fuerzas de ocupación (no en vano, Kordik era de origen germano), el FC Start empezó a jugar contra equipos formados por soldados de las fuerzas de ocupación (alemanes, húngaros y rumanos).

Fotografía tras el partido
Y las cosas no pudieron irles mejor. Debutaron el 21 de junio de 1942 contra un equipo llamado Rukh, formado por soldados de la guarnición húngara, y el resultado no dejó lugar a dudas: 7 a 2 para los ucranianos. En los siguientes meses fueron jugando contra otros equipos, a los que igualmente golearon (por ejemplo, al equipo de los ferrocarriles alemanes le metieron un 9 a 1, y al equipo de la guarnición rumana le endosaron un ¡11 a 0!). Y todo ello a pesar de que los jugadores ucranianos estaban mal alimentados, peor equipados y que sus jornadas laborales eran de esclavitud.

Ruinas de Kiev tras la conquista alemana
El 6 de agosto le tocó jugar contra un equipo de la Luftwaffe llamado Flakelf, y como había pasado en los anteriores encuentros, los ucranianos vencieron por 5 a 1. Sin embargo, las autoridades alemanas se dieron cuenta de que las continuas victorias del FC Start minaban la moral de las fuerzas de ocupación, por lo que pidieron la revancha. Los jugadores ucranianos no estaban en condiciones de negarse, así que el nuevo encuentro se fijó para el 9 de agosto en el Estadio Zenit. Fue entonces cuando, según la leyenda, ocurrió lo que hemos narrado al principio de este epígrafe: juego violento permitido por el árbitro, amenazas a los jugadores ucranianos si no se dejaban ganar, victoria final del FC Start por 5 a 3 y posterior detención y fusilamiento de los futbolistas.

Vladlen Putistin
Sin embargo, la realidad difiere bastante de esta leyenda. En 2012 Vladlen Putistin, hijo del jugador Mikhail Putistin, que en ese partido tenía 8 años y ejercía de recogepelotas, declaró que las cosas no habían sucedido como las habían contado. Dijo que nadie les presionó para que perdieran y que no hubo juego violento por parte de los alemanes: "No hubo patadas, nadie dijo a los jugadores que tenían que perder; hubo momentos muy tensos, pero sólo porque el partido fue intenso". La prueba de ello, añade, es que los jugadores de ambos equipos posaron juntos y sonrientes al final del partido.

Vladen y su padre Mikhail
Tampoco se detuvo a ningún jugador tras el encuentro. Es más, el FC Start jugó un partido más el 16 de agosto ante el mismo equipo contra el que habían debutado, el Rukh, y vencieron por un escandaloso 8 a 0. Después de esta paliza las autoridades suspendieron el campeonato para evitar el descrédito de las fuerzas de ocupación. Fue el 18 de agosto cuando la Gestapo llegó a la panadería en la que trabajaban los jugadores ucranianos y empezó a detenerlos. La razón de su detención no era haber ganado el partido ante el Flakelf, sino la sospecha de que entre ellos podía haber comunistas infiltrados. Como ya hemos comentado, el Dynamo pertenecía al ejército y la policía soviéticos, así que no era raro que algunos de sus componentes fueran miembros de esas instituciones. Tras ser reconocidos en fotos antiguas de uniforme, los jugadores Nicolai Trusevich, Ivan Kuzmenko y Alexei Klimenko fueron fusilados. El resto fue enviado a campos de concentración, donde murieron al cabo de un tiempo.

Monumento en Kiev al FC Start
A pesar de que en los primeros años de posguerra se acusó al FC Start y sus jugadores de colaborar con los nazis, la propaganda soviética supo sacar tajada del partido. El encuentro fue bautizado como “El Partido de la Muerte” y se realizaron varias películas sobre el tema. En 1981, John Huston hizo su propia versión edulcorada y con final feliz y la tituló “Evasión o Victoria”. En 2005 un tribunal de Hamburgo declaró "no probada" la vinculación entre la muerte de los futbolistas ucranianos y el famoso partido. Sin embargo el recuerdo sigue vivo en Ucrania, el Estadio Zenit cambió su nombre por Estadio Start, los poseedores de entradas de aquel partido siguen accediendo gratis al campo, y un impresionante grupo escultórico en el exterior del estadio recuerda para siempre a aquellos jugadores que, según la leyenda, prefirieron ganar a vivir. Una placa en dicho monumento resume bien ese espíritu: “De la rosa sólo nos queda el nombre”.

La princesa iraní con bigote

Es muy probable que alguna vez hayas visto fotografías de una supuesta princesa iraní no muy agraciada de comienzos del siglo XX. Las fotos en cuestión suelen venir acompañadas de un breve texto que dice así: “Ella es la princesa iraní Qajair“ (en otras versiones del meme dice Qajar). ”Se dice que tuvo 145 pretendientes de la alta nobleza y 13 de ellos se quitaron la vida a su rechazo (sic). Se consideraba el símbolo de la perfección y la belleza según los cánones de belleza de su época”. A veces suele rematarse la cuestión recalcando que una de las fotografías es de la princesa “sin afeitar” y la otra es “recién afeitada”. Las fotografías pueden cambiar en algunos casos, aunque siempre tienen en común el texto y el hecho de que las mujeres retratadas sean, por decirlo de forma amable, de belleza diferente.

El meme en cuestión
Este meme es el ejemplo perfecto de cómo torcer la verdad histórica a cambio de unas cuantas reacciones en las redes sociales, porque todo lo que se ve en él es falso. Absolutamente todo. Para empezar, no existió nunca ninguna princesa Qajair, ni en Irán ni en ninguna otra parte. Qajair es el nombre de una dinastía, no de una persona. Esta dinastía gobernó en Irán entre 1785 y 1925, en que fue sustituida por la dinastía Pahleví (a la que pertenecía el último Sha, Mohamed Reza Pahleví). Y uno de los integrantes de dicha dinastía fue Nasereddin Sah Kayar, que reinó desde 1848 hasta su asesinato en 1896. Una de las aficiones de este monarca era la fotografía, y contraviniendo la prohibición chiita de reproducir rostros humanos, fotografió a parte de su harén y a algunas de sus hijas.

Otra versión del meme
Una de esas hijas era tenía por nombre Fatemeh Khanum, llamada también Princesa Esmath. Era la segunda hija del Sha (de las 12 que tuvo), y su padre le otorgó la confianza de servir de anfitriona a las invitadas extranjeras de la corte. En contra de las costumbres de la época, aprendió a tocar el piano y practicaba la fotografía. Esta princesa se casó cuando contaba 8 o 9 años, y su matrimonio fue concertado cuando vivía en el harén junto a su madre y el resto de esposas e hijas del Sha, así que es improbable que haya tenido cientos de pretendientes, y mucho menos que 13 de ellos se suicidaran por amor. Esta es una de las mujeres que aparecen en las fotografías del meme.

Princesa Esmath
La otra princesa que aparece (en algunas de las versiones del meme) es la duodécima hija del Sha y hermanastra de la anterior. Su nombre era Zahra Khanum y era conocida como la Princesa Taj al-Saltaneh. Esta mujer era una feminista convencida y luchó por los derechos de las mujeres en una época tan lejana como los primeros años del siglo XX. Separada y con 4 hijos, fue musa del poeta Aref Qazvini y una de las primeras mujeres de su país en vestir a la usanza occidental. Escribió un libro llamado “Memorias de una princesa persa; del harén a la modernidad”, se recogen algunos de sus pensamientos: "Cuando llegue el día en que vea mi sexo emancipado y mi país en el camino del progreso, me sacrificaré en el campo de batalla de la libertad y derramaré mi sangre libremente bajo los pies de mis cohortes amantes de la libertad que buscan sus derechos".

Princesa Taj al-Saltaneh
Hay que decir que ninguna de estas dos mujeres fue conocida nunca como princesa Qajair o Qajar, ya que ambas tenían nombres y títulos propios y, como ya hemos mencionado, Qajair era el nombre de la dinastía reinante en Irán. Lo que sí tenemos que decir es que en este país y en aquella época se consideraba como canon de belleza el que las mujeres fueran cejijuntas y tuvieran un leve bigote sobre el labio superior. Esto se demuestra en las muchas fotografías que el soberano sacó de sus esposas, donde se aprecian estas características. Algunas veces el meme se completa con alguna de estas fotos de las esposas del Sha para apoyar la supuesta “verdad histórica” de dicho meme.

Dos de las esposas del Sha
Ninguna de estas dos princesas fue importante por su aspecto o por su apariencia ni por establecer o seguir cánones de belleza. Su importancia en el tiempo que les tocó vivir radicó en sus avanzadas ideas para la época. Su historia merece ser contada por sus logros y por sus méritos. No permitamos que un simple meme malicioso las rebaje a objeto de burla moderna.
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