En el galimatías que representaba Italia en el Renacimiento, una
familia de origen español fue una de las grandes protagonistas: los Borgia. Si
bien no eran mejores ni peores que otras familias nobles de la época y el
lugar, como los Orsini, los Sforza o los Medici, la leyenda negra de esta
familia, acrecentada por la literatura posterior, los ha retratado como un
cúmulo de maldades. Su fama de asesinos, envenenadores e incestuosos les ha
perseguido a lo largo de los tiempos (en gran parte debido a libelos escritos
por sus rivales) y ha dejado de lado, por ejemplo, su mecenazgo a las artes, su
magnífica administración de los asuntos financieros de la Iglesia o su
liderazgo político. No en vano, uno de los modelos de “El Príncipe” de Maquiavelo es César Borgia (el otro, curiosamente,
es Fernando el Católico).
El Banquete de las Castañas según la serie inglesa "Los Borgia" |
Uno de los episodios legendarios que les atribuye dicha
leyenda negra es el de “El Banquete de
las Castañas” (también conocido como “El
baile de las castañas”), una bacanal organizada por los Borgia en la víspera
de la fiesta de Todos los Santos del año 1501. El episodio, del que se tienen
serias dudas sobre su veracidad, ha pasado a lo largo de los años de boca en
boca como la mayor orgía organizada jamás en el Vaticano. Y si bien la mayoría
de los historiadores modernos descartan que tal orgía ocurriera (aunque sí
admiten que pudo haber un banquete o una fiesta organizada por César Borgia a
la que asistieron varios cardenales), la mala fama que ha perseguido a esta
familia ha hecho que este suceso se haya repetido hasta la saciedad. Veamos qué
hay de cierto en todo estos hechos.
La mala fama de los
Borgia
Nombrar a la familia Borgia supone evocar historias de sexo,
violencia, asesinato, incesto, simonía y perversión. De todo esto y más se
acusó a la familia Borgia a lo largo de su vida e incluso después. Sin embargo,
sus acciones no sólo han sido exageradas en el tiempo, sino que no constituyen
una excepción en la convulsa Italia del Renacimiento, donde en las familias
poderosas a menudo el asesinato era un elemento más para garantizar su poder. No
había otra opción en esa época: o matabas o te mataban. A pesar de su fama de
mecenas de las artes y de protectores de la cultura, la cosa no era muy
diferente para los Medici o los Sforza, por poner dos ejemplos señeros. Incluso
dentro de la Iglesia la situación era similar. Para hacernos una idea, el más
casto de los Papas entre los dos que dio la familia Borgia fue Pío II, y eso
que había tenido un hijo antes de ser nombrado.
Calixto III |
La dinastía comenzó con Alfonso de Borja, que fue profesor de
Derecho en la Universidad de Lérida. Dice una leyenda que en 1409, cuando el
dominico, predicador y filósofo Vicente Ferrer estaba predicando, Alfonso de Borja mostraba tanto entusiasmo
que en un momento dado Vicente Ferrer se le quedó mirando y dijo "Tú serás Papa y a mí me harás santo".
Y sus palabras se cumplieron: en 1443 fue nombrado cardenal y en 1455 Papa,
adoptando el nombre de Calixto III. Durante su papado promovió a su sobrino
Rodrigo, nombrándolo cardenal con apenas 25 años, y posteriormente
Vicecanciller (el hombre más importante de Roma tras el Papa), cargo que
conservó en los papados sucesivos hasta conseguir él mismo la tiara papal en
1492, bajo el nombre de Alejandro VI.
Escudo de la familia Borgia |
Rodrigo sentía gran atracción hacia el sexo femenino, y de
hecho tuvo varios hijos después de ser ordenado cardenal. Lo escandaloso no era
el asunto en sí, ya que todos lo hacían (el cardenal Bartolomeo Bonatti decía "Si todos los niños que nacieran en el
término de un año llegaran vestidos como sus padres, es bien cierto que muchos
de ellos llegarían vestidos de sacerdotes y cardenales"), sino que los
reconociera con toda naturalidad. Dos de esos hijos forman parte de la leyenda
negra de los Borgia: César y Lucrecia. César era un ambicioso joven que fue
nombrado cardenal poco después de cumplir los 20 años, aunque renunció al cargo
(uno de los pocos casos en la Historia) para conseguir el puesto que ambicionaba:
capitán general de los ejércitos pontificios. Para ello, estuvo involucrado en
el asesinato de su hermano Juan, anterior ocupante del cargo.
Supuesto retrato de Giulia Farnese, amante de Alejandro VI |
En cuanto a Lucrecia, se han contado auténticas barbaridades
de ella. Desde que era envenenadora hasta que mantenía relaciones incestuosas
con su padre y su hermano. La realidad era bien distinta, y fue utilizada como
un peón en las complejas alianzas que su padre trató de conseguir para cimentar
el poder de la familia. Gran parte de la mala fama de esta mujer proviene de
una obra de Victor Hugo, que dio lugar a una ópera escrita por Gaetano
Donizetti. Para hacernos una idea, en la escena final se produce el asesinato
de su propio hijo (junto a otras cinco personas). Alejandro Dumas padre abundó
en la idea en su obra "Les crimes
celebres", donde se refiere a Lucrecia como una mujer "de
imaginación desenfrenada, atea por naturaleza, ambiciosa e intrigante"
y afirma que fue amante de su padre y de su hermano que, según sus propias
palabras, constituían "un trío
diabólico".
Alejandro VI, Lucrecia y César Borgia |
En este trasfondo histórico sucedió el hecho que narramos
aquí, pero no debemos olvidar que la imagen que sus enemigos querían transmitir
de los Borgia (y que ha llegado hasta nuestros días) era la de una familia que
constituía el culmen de la depravación y la maldad. En gran parte, esta mala
fama provenía por el hecho de ser españoles en un mundo donde reinaban los
italianos. Más concretamente, les acusaban de “catalanes”, que tan mal recuerdo habían dejado durante la expansión
militar aragonesa por el sur de Italia y Sicilia. No en vano, el posterior Papa
Julio II (el mismo que escandalizó a Lutero por su vida licenciosa) calificaba
a Alejandro VI como “un catalán, marrano
y circunciso”. Llama la atención que ponga “catalán” al mismo nivel que los otros insultos (que equivalían a
llamarlo judío converso).
“El
Banquete de las Castañas”
En la noche del 30 de octubre del año 1501, víspera del día
de Todos los Santos, el Papa Alejandro VI y su hijo César Borgia organizaron en
el Palacio Apostólico Vaticano una gran fiesta. A dicha fiesta fueron invitados
varios cardenales y obispos, además de las autoridades más importantes de Roma.
Como era habitual en estas celebraciones, el banquete fue fastuoso y no se
reparó en gastos, sirviéndose una gran variedad de comidas y bebidas para solaz
de los allí presentes (aunque hay que decir que, debido a la fama de
envenenadores de los anfitriones, muchos llevaron a su propio catador de
alimentos). No obstante, y a pesar de que las viandas eran fabulosas, lo mejor
estaba por llegar.
Palacio Apostólico Vaticano en el siglo XVI |
Y es que una vez terminados los postres, y ante la sorpresa
de los invitados, César Borgia dio orden de que se recogieran las mesas y se
dispusieran varios candelabros por el suelo. Acto seguido, entraron en la
estancia unas cincuenta cortesanas (eufemismo por aquel entonces para
prostitutas de lujo) que empezaron a danzar de forma sensual en torno a ellos. Conforme
iban bailando, se fueron desnudando lentamente y al compás de la música,
mientras sus alargadas sombras se proyectaban por las paredes de la sala. Sin
embargo, y a pesar de que el ambiente se iba caldeando, la cosa no había hecho
más que empezar.
Alejandro VI |
César Borgia ordenó que ataran las manos de las mujeres a la
espalda, y a continuación mandó arrojar un buen número de castañas al suelo.
Los frutos quedaron esparcidos entre los candelabros, y César ordenó a las
cortesanas que los recogieran tal y como estaban; es decir, con las manos
atadas a la espalda. Esa circunstancia obligaba a las mujeres a recogerlos con
la boca, de forma que tenían que adoptar posturas lascivas ya que al agacharse
enseñaban sus grupas a los invitados. Todo esto hizo que la temperatura se
caldeara aún más de lo que ya estaba. Tanto se calentó el ambiente, que los más
excitados no pudieron refrenarse y se lanzaron a por las prostitutas.
César Borgia |
Esa fue la señal de salida. Comenzó entonces una orgía de
proporciones bíblicas (si se me permite la expresión). Durante varias horas,
todos los presentes (incluidos los cardenales y los obispos) se entregaron a la
fornicación más extrema. Para rizar el rizo, el Papa anunció que habría grandes
premios (lujosos zapatos, caros ropajes y joyas) para aquellos que fueran
capaces de yacer con más cortesanas. Para evitar que nadie hiciera trampa, un
grupo de criados llevaba la cuenta de cuantas veces había eyaculado cada uno de
los invitados. La bacanal duró hasta bien entrada la madrugada, de forma que el
Papa no pudo asistir al día siguiente a las ceremonias del Día de Todos los
Santos; esto hizo que el escándalo se acrecentara aún más.
Las fuentes y su dudosa
veracidad
Si bien el acontecimiento es lo bastante atractivo como para
que haya ido pasando de boca en boca a lo largo de los siglos, y que es muy
probable que los Borgia hayan participado en eventos parecidos en el transcurso de
sus vidas, parece ser que es falso (o al menos bastante exagerado). Y esta
afirmación se basa en que las dos fuentes que recogen el episodio tienen una
veracidad más que dudosa. Por una parte, tenemos la llamada “Carta a Salvelli”, una misiva anónima
supuestamente enviada a un noble romano en la corte austriaca. Por otra parte, contamos
con el “Liber Notarum”, una especie
de dietario y registro secreto de celebraciones papales escrito por Johann Burchard,
sacerdote y maestro de ceremonias del Vaticano en aquella época, y que apareció
misteriosamente en América mucho tiempo después.
Cena de Alejandro VI |
Por lo que respecta a la “Carta
a Salvelli”, un documento anónimo aparecido en Tarento y al parecer
dirigido a Silvio Salvelli, un noble romano refugiado en la corte austriaca,
baste decir que también se la conoce como “Lettera
Antiborgiana” (Carta contra los Borgia), ya que narra multitud de episodios
donde pone de manifiesto la maldad y la depravación de esta familia,
comparándolos literalmente a Calígula y Nerón. Sin duda alguna es uno de los
ataques más despiadados contra los Borgia, de entre todos los panfletos y
libelos contra ellos que circularon por Europa en esa época. Parece ser que la
carta buscaba desprestigiar a la familia Borgia ante la corte austriaca y
evitar que se produjera una alianza entre estos y el emperador Maximiliano I.
Banquete de las Castañas, según Milo Manara |
Para ello, en la misiva (supuestamente compuesta por el
literato napolitano Gerolamo Mancione) se exageran e inventan todo tipo de
acciones, desde esta y otras orgías hasta los supuestos incestos de Alejandro
VI y César Borgia con Lucrecia. Durante mucho tiempo se consideró una fuente
fidedigna y fue uno de los principales sustentos de la leyenda negra contra los
Borgia. Con respecto a este banquete, señala:
“¿Quién no se escandaliza al escuchar los relatos de la monstruosa lujuria que se practica abiertamente en el Vaticano, desafiando a Dios y a toda la decencia humana? ¿Quién no siente rechazo por la perversión, el incesto y la obscenidad del hijo y la hija del Papa y de las hordas de cortesanas que hay en el palacio de San Pedro? No existe casa de perversión o burdel que no sea menos respetable. El primero de noviembre, la Fiesta de Todos los Santos, cincuenta cortesanas fueron invitadas a un banquete en el palacio pontificio y su actuación ahí fue de lo más repugnante. Rodrigo Borgia es un abismo de vicios y un destructor de toda justicia, humana o divina.”
No obstante, su veracidad es más que dudosa, ya que muchos de
los hechos que narra están desmentidos por fuentes contemporáneas y
posteriores. Además, algunos de los episodios que cuenta son posteriores a su
fecha (15 de noviembre de 1501), como la marcha de Lucrecia a Ferrara o la
conquista de Urbino y Camerino por César Borgia, por lo que es imposible que el
autor los supiera. La teoría más aceptada hoy en día es que esta carta fue un libelo
encargado por los Colonna, familia rival de los Borgia.
Lucrecia Borgia y Alejandro VI |
En cuanto al “Liber
Notarum”, es importante señalar que su autor, Johann Burchard, era un
enemigo declarado de los Borgia. En el libro se exageran (o directamente se
inventan) acusaciones de toda clase contra la familia del Papa, y se incluyen
descripciones de las supuestas fechorías de todos los miembros de la familia. Y
si bien incluye una muy vívida y detallada descripción de este banquete, la
opinión más general es que muchas de las cosas que se cuentan son exageradas. Es
revelador lo que su sucesor escribía de Burchard:
“(…) Les pido que en este comienzo, mientras estoy escribiendo y explicando las acciones de tantos prelados, los detractores malintencionados no se rían de mis escritos, especialmente mi colega Johannes Burchard, que es mucho más un asociado en mi oficina que mi amigo en la caridad, de la que no hay nada en él. Porque cuando se dio cuenta de que yo aspiraba a su trabajo, desde ese momento (…) se esforzó por hacer que me despidieran.”
En resumen, es muy probable que en la víspera de Todos los
Santos de 1501 se celebrase un festín en el Palacio Apostólico Vaticano, y que
incluso hubiera en él cortesanas que amenizaran la velada con música y danza;
pero es muy improbable que una orgía como la descrita se produjera, y que el
acontecimiento sólo sea un episodio más de la leyenda negra contra una familia
que suscitaba envidias por su poder y riqueza, pero sobre todo por ser española
(para ellos, catalana) en un avispero
lleno de italianos.
LOS PAPAS Y EL SEXO (EN PAPEL)
ResponderEliminarERIC FRATTINI , 2011
muy ameno libro, y de relatos impactantes.
Sí que es muy bueno. Gracias
EliminarSiempre han tenido envidia a los españoles.me ha gustado mucho.Muchas gracias por compartir estas historias que con ellas aprendemos siempre algo nuevo.
ResponderEliminarGracias a ti
EliminarLo de la envidia a los españoles es un tópico muy manido.
EliminarY sin embargo es cierta. Al menos en este caso
EliminarNo es verdad que César Borgia fuera el único en la historia en renunciar al Cardenalato una vez conseguido. Hay, al menos, otro ejemplo: Franciso María de Medicis, en el s. XVIII https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Mar%C3%ADa_de_Médici
ResponderEliminarGracias. Lo corrijo
Eliminar...claro y ¿para que invitan?...
ResponderEliminarEso digo yo XD
Eliminarsi ya saben como son, para que invitan?? :'D
EliminarSi ya saben como son, para qué invitan?? :'D
EliminarMuy bueno el articulo.
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarSi el río suena es porque piedras trae.
ResponderEliminarEn este caso no
EliminarExcelente artículo, muy ágil y fácil de leer, ponderado y bien matizado, sin perder el hilo de lo que se está tratando y con buen acopio de datos.
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarMuy bien por este articulo , lo disfrute mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarGracias por la investigación, las series de Hollywood en su afán del rating le han dado una renovada fama de mafiosos a esa familia papal, la serie la disfrute, pero tu artículo es de "dimensiones bíblicas", saludos desde la selva Maya
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarHola,oye está muy interesante tu artículo, sobre todo por tu análisis en cuanto a la revisión de las fuentes. Sobre eso, quisiera pedirte fuentes extra para enriquecer mi conocimiento sobre el tema. Algún libro o artículo. Saludos!!!
ResponderEliminarBuenísimo, me gusta como fue analizado.
ResponderEliminarhttps://sites.google.com/site/diarioborjaborgia/1501-semestre-2o
ResponderEliminarDIARIO BORJA-BORGIA
Una historia de tres siglos de la familia valenciana más famosa.
La lista de Papas de la Iglesia Católica es muy extensa y sin lugar a dudas es un puesto que conlleva una gran responsabilidad.
ResponderEliminarLos seres humanos dominados por unos cuantos que tiene el poder para darle al opositor o sea al cuerpo todo lo que pide, y así hay muchos dormidos que hoy en día creen en la basofia de las religiones
ResponderEliminarExcelente artículo, no se descarta nada, somos seres humanos y estamos expustos a esas tentaciones. No dudo que haya pasado esa historia.
ResponderEliminarExcelente artículo, serio y cuidando en todo momento el sentido imparcial que obliga en estos casos. Fluido y con el excelente manejo de términos son car en el manierismo. Muchas gracias
ResponderEliminarExcelente artículo, serio y cuidando en todo momento el sentido imparcial que obliga en estos casos. Fluido y con el excelente manejo de términos son car en el manierismo. Muchas gracias
ResponderEliminarBuenissimo, un excelente artículo, muy equilibrado y enriquecedor, muchas gracias por ello.
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